El ministro de Salud Pública, Camilo Salinas, informó que continúa supervisando la ejecución efectiva del Plan Vacunarse, por lo que este viernes 14 de mayo, estuvo en el hospital General Docente Calderón de Quito. Este es uno de los 156 puntos de inmunización dispuestos a escala nacional, a los cuales se distribuyeron 69.093 dosis para la inoculación de los beneficiarios de la Fase 1.
En esta casa de salud, la autoridad sanitaria fue testigo de los momentos de satisfacción que vivieron los adultos mayores tras recibir sus dosis y de manera personal agradecieron la gestión del Ministerio de Salud Pública (MSP).
Además, Salinas indicó que algunos casos los beneficiarios utilizaban mascarillas de tela, les cambió por las KN 95, para una mayor protección frente a las variantes de SARS-CoV-2, que circulan en el país.
Así mismo, recomendó a los cuidados posvacuna continuar con las medidas de bioseguridad.
Por otro lado, el ministro de Salud Pública se reunió con la ministra de Educación, Montserrat Creamer, y varios docentes de diferentes provincias que fueron vacunados para realizar un balance de los avances del Plan Vacunarse.
En Quito, Marcia López, de 65 años, quién recibió la primera dosis expresó que fue atendida en el Centro Bicentenario. “Estoy más tranquila, sobre todo porque voy a compartir con mi familia de manera más segura.
La jornada de vacunación en todo el país se llevó a cabo este viernes de acuerdo a la planificación, agendamiento y en orden. Rosa Benítez, docente de contabilidad y auditoría en la Universidad Politécnica Salesiana, de Guayaquil, recibió su primera dosis, “la inmunización es un paso para ver próximamente de manera directa a nuestros estudiantes.
Mientras tanto, en Mira, provincia del Carchi, fue inoculado Edison Calderón de 37 años, con discapacidad física. “Me siento agradecido porque me pusieron mi primera dosis, la atención fue excelente y rápida”, dijo.
En cambio, María Jiménez, de Loja, se sumó a los inmunizados con la primera dosis, destacando la buena organización.
Finalmente, en Cotopaxi, la vacunación llegó a la población indígena, entre ellos Olmedo Unaginga, de 68 años de edad, oriundo de la parroquia Zumbahua, quien acudió al centro de Salud tipo B. “Me siento alegre y seguro, porque sufro de diabetes, soplo al corazón y una afectación al pulmón. La vacuna nos protegerá y es de beneficio para nuestra gente”asevero.