Quito prioriza la protección de sus páramos, ecosistemas que proveen el 85% del agua que llega a los hogares de la ciudad, la capital impulsa nuevas obras para ampliar la cobertura del servicio y promueve una ciudadanía más consciente sobre el cuidado y uso responsable del agua.
La Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento mantiene una estrecha relación con la academia y la investigación. A través de la Estación Científica Agua y Páramo, fomenta proyectos conjuntos, prácticas preprofesionales e iniciativas de innovación aplicada que fortalecen la gestión hídrica en Quito.
Durante el conversatorio ‘Crisis del Agua en Quito: el agua no viene del grifo’, realizado en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, La EPMAPS presentó su trabajo por una gestión responsable y resiliente frente a los retos climáticos.
La gerente general de EPMAPS, Verónica Sánchez, aseguró que cada gota que llega a los hogares quiteños es fruto de un proceso complejo que empieza en las fuentes de agua, la conducción y culmina en la potabilización y distribución.
“Este trabajo requiere tecnología, infraestructura, conocimiento científico y compromiso humano. Nos enfocamos en la prevención, el mantenimiento y la resiliencia del sistema”, explicó.
La cooperación internacional, la empresa pública participan y GIZ, participan de los desafíos del agua en un contexto de cambio climático, expansión urbana y corresponsabilidad ciudadana.
